Carola Rotondaro




Foto de Carola en su "Homenaje a Frida" gentileza desde la pág. de la autora:
Carola Rotondaro nació en San Martín el 3 de enero de 1970. Trabaja en la docencia, profesora de Lengua y Literatura. Vive en Muñiz, vive en su hacer saber decir "alto" o ¡Poesía! Su obra es inédita, lo que agreguemos de su bio nos quedará corto a la hora de leer a esta Escritora. Por ejemplo, su poema "Manteles al sol" que precede esta entrada, es su plaqueta de presentación y dice así:

MANTELES AL SOL

Ya puse los manteles
al sol
luego de refregar
y estas manchas
círculos de vino viejo
que no se borran
hermosas
en su color morado
me hermanan:
otros luchan con las huellas
de celebraciones que aún persisten
impresas sobre la tela.

Mantel al sol
punto vainilla surca
mis bordes
amarillean
 mis puntillas
joven aún me conmovía
El Santo Sudario
en su Misterio
Cristo mirándome desde allí.

Mantel al sol
me agita el viento
vuelvo, soy
la gota que corrió lenta, furiosa, inexorable
hacia la tela
me bebo la gota , que se demora,
se impregna en mi trama
y en cada ojo
abierto, circular,
trazo un mapa de mi Destino.

Mantel al sol
manchas nuevas
me brotan en el pecho
luego serán tercamente refregadas.
cubro la masa con mi calor, para que leude
las manos de los chicos,
risas de pan y barro
me descuelgan de la soga.

Mantel al sol
pienso en el destino
de otras telas.
¿Qué jerarquías determinan?                                                                                                                 Sudario,
 Ajuar,
primera sabanita…
¿Y yo, acaso, soy?

Mantel al sol
una rosa bordada,
 en punto cruz
rojo
confundía mi dolor con el suyo
verde
 imitaba las hojas recién nacidas
el hilo perlé matizado me cruzaba de lado a lado
en la siesta interminable
sentí cada herida de la aguja

Mantel al sol
en cada pliegue, empecinado
me resisto al planchado
algo en mi hilado, dicen,                                                                                                                                   algodón del bueno.
Me trazaron espigas doradas
de trigo en punto cadena
en consecuencia,                                                                                                                                              no dejo de soñar con los campos.

Mantel al sol
me ocultan el desgarro
con un florero
pero recuerdo que ocurrió al partir el pan
un filo descuidado
me enfrentó a la herida
y la Cicatriz del cuchillo
fue el presagio de oscuras temporadas
en el armario.

Ya puse los manteles
al sol
“las manchas de vino tinto
salen con vino blanco”
así, en el viento soleado,                                     
un destino cubre a otro:
las presencias,
las bodas,
los funerales,
se cubren en la cadencia
de los barcos de mi infancia
vino sobre vino

Ya puse los manteles
al sol
florecerán
manchas de vinos nuevos
habrá un bautismo
una comunión con la tarde y los pájaros
en este jazmín                                                                                                                                           abierto sobre mi pecho.


ESTILO LIBRE
“Todos llegaron a ese barrio escapando de algo…” María Pugliese

¿De qué nos escapábamos, mi amor?
cruzamos ríos
cruzamos mares
a grandes brazadas, casi con furia
con las últimas fuerzas
contra las marejadas
 o en calma chicha
(palabra favorita de papá)

A nado, practicábamos
estilos libres de la nada
en una lanchita naranja aterrados
cruzábamos mojados el exilio.

Y este ahogo
sólo para entender
que nadábamos en círculos.


 VOYEUR

La luz muerde un rincón de tu ventana
(el  borde de la cama asoma)
entreabierta, la puerta.

Es todo lo que se necesita
ver el borde
(unas sábanas blancas, desordenadas)
adivinar tu perfume
cerrar los ojos y quedarse
contemplando
(una almohada revuelta en su blanco)
ver el borde,
la luz felina deslizándose
(un candor de pétalos dormidos)
memorizar tu perfume
y  la mañana redonda
( tibio rumor de jazmines en cada pliegue)
cerrar los ojos y quedarse
sola, recordando.


ORACIÓN A EROS

Llevame hasta un lugar
donde seamos
invisibles
 y arrancame la ropa
bebeme de la piel hasta
que se consuman, se desprendan
una a una
la dermis,
la epidermis,
los ligamentos

y me quede sin sombra
desnuda para siempre.


RESCATES
1
De todas las bellezas del mundo
salvaría
esa corriente subterránea
viva y eléctrica
reptando
espalda arriba,
algunos silencios de la noche
y aquel amanecer
que nunca tuvimos.

2
Qué se hace ahora
- decíme-
ahora, que es nunca,
cuando la sangre brota
de las paredes
y una parte de mí
ya
no
quiere
seguir.

3
Te toco la sien derecha
con la mano izquierda,
para que no te olvides.
sutil, en ese toque, intuyo
la esencia de la despedida;
la última vez
que dormiremos  sin sueño.

4
Un pensamiento vela
tu frente
la vida se vuelve
contemplación de lo inútil

El arte es imposible así.

5
Mi alma es un paraje
nadie se detiene allí
y se consume.

Resiste la erosión
trayendo los aires rebeldes
de un paisaje amado
sólo mencionado en el destierro.


OFICIO REMOTO
I
Si alguien merece
ser salvada
es la que soy en sueños.

En este oficio remoto
de escribir mientras duermo.

II
Como un apátrida
huyendo de sí mismo
buscaba renacer
ceniza entre cenizas.

En dónde se busca la palabra
cuando se oculta
animal herido de sangre.

en la cenizas
revuelve una sentencia:
La patria es la palabra.

III
Una nueva arqueología
cavar
y excavar
en mí.

Y que quede sólo
el viento.

IV
En una especie de alegría
impensada /casi animal
me dejo llevar
sobre las huellas
anclada
siguiendo ese rastro
no puedo retroceder…


Prólogo


 El universo lírico de la poeta Carola Rotondaro nos señala un espacio para habitar la memoria y el despojo de la misma.
En sus poemas se gesta el recuerdo, la despedida, la melancolía, lo que no fue y la
pérdida. Esta pérdida, focaliza al lector en un tiempo circular para pensar, recordar, suspirar,
revivir, compartir y residir en la memoria
personal.
Los recorridos temáticos de la poeta nos
transportan al tópico del cuerpo ausente,
la figura del desaparecido, la búsqueda
por recuperar ese cuerpo y la espera del
mismo.
Además, nos transmite la necesidad de volver a los instintos y la transformación animalesca de
un ser sin memoria humana. Ya que “El
cuerpo no olvida” como observamos en
este verso, o en el siguiente: “Cierro los
ojos mientras intento soñarme sin
pasado”.
Así, el amor y su partida se describen
como el momento clave de la huida y la
ruptura anhelando eso que una vez fue:
“Algunos silencios de la noche y ese amanecer que nunca tuvimos” y “La última
vez que dormiremos sin sueño”. El recuerdo y el paisaje onírico nos hace aferrarnos
al olvido mientras nos despojamos de
nuestro cuerpo para ser almas que navegan.
Les invito a leer y habitar estas páginas.


Evelina Vargas


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