Juan Borges "Voces Suburbanas" por Sylvia S. Ferreira Servian





 

Juan Borges es un escritor oriundo de la localidad de Grand Bourg de Malvinas Argentinas. En este caso se encuentra editando su quinto libro , tiene editados tres de poesía y uno de relatos . El libro nuevo se llama "Voces Suburbanas" y es de género realista. Consta de 16 relatos donde retratan historias contextualizadas en las crisis del 90 y del 2001 , narrando situaciones emergentes de dichas disrupciones populares. Asimismo realiza pinceladas de voces que se encuentran en los barrios.

 El autor es docente y periodista. Actualmente es cronista de la Agencia Paco Urondo.

[ La originalidad de la edición de su ultimo libro "Voces Suburbanas" radica en que su edición y distribución es totalmente digital. El escritor decidió este formato debido al contexto de Pan…

 Adelanto del libro: 

Dedicado a mi madre que siempre confió en mi sensibilidad,
a Anahí, mi amor, que me acompaña en todas las batallas, a
Lucilla que arranca colores múltiples cuando me sonríe.
Gracias a todas las personas que contribuyeron para que este
libro sea posible y se haga realidad.
“Escribir es purificar el dolor” (Paco Urondo)

 

Acción Directa

Militábamos en el barrio “El campo de la juanita “en el fondo de

Grand Bourg. Éramos un grupo de desocupados sumidos en la

miseria y el hambre de nuestras familias.

Habíamos abierto dos comedores populares para hacerle frente a

situaciones que el Estado no solucionaba. Sabíamos que de

alguna manera nuestras políticas eran una valla de contención y

que por otra parte solucionábamos los problemas que la ineptitud

del gobierno no resolvía. Eran los tiempos del pistolero de

Banfield en el gobierno. Un presidente ilegitimo que había

colocado el Congreso nacional empujado por la profundidad de

la crisis.

La consigna del pueblo en aquellos días era “Que se vayan

todos”. La democracia estaba contra las cuerdas. Todos los

sostenedores de la farsa institucional se habían unido para

desarmar el proceso de auto organización y acción directa que se

había implantado en el país. La gente repudiaba a los políticos

mentirosos y culpables de su terrible situación. Huían como ratas

de un pueblo enfurecido que los repudiaba en cada rincón .No

podían ni salir a la calle ya que los insultaban y les arrojaban todo

tipo de objetos. Era una época nefasta para ser político del

sistema. Un sistema podrido y en decadencia, que gracias a la

libertad y a la maduración de las masas estaba cambiando. El

gobierno que estaba en vigencia lo hacía de una manera

transicional. Sabíamos que era un largo proceso y si bien los

hechos del 2001 habían tenido características insurreccionales

aquello aun no era una revolución. Predominaban las asambleas

barriales, las fabricas recuperadas y los comedores .Eran

innovaciones construidas por la gente de los barrios para

sobrevivir .También estaban en auge métodos de intercambio de

bienes y objetos como el trueque .Allí la gente intercambiaba

aquello que tenía en desuso para obtener lo que precisaba.

Con mi compañero Carlos fuimos a colaborar en la toma de la

fábrica Isaco , en ese momento llamada así Un buen día del mes 

 de Diciembre sus trabajadores asistieron a trabajar como todos

los días y se encontraron con la terrible noticia del cierre

definitivo. “CIERRE DEFINITIVO DE LA FABRICA “ .Los

portones con inmensos candados y todas sus puertas y ventanas

totalmente aseguradas. Cien obreros quedaban en la calle sin

indemnización, ni ningún tipo de ingreso para mantener a su

familia.

Tomaron la fábrica y la pusieron a producir. Quien mejor que los

obreros para poner en funcionamiento las máquinas y

herramientas .Sin patrones ni verdugos todo era mejor. Lo

lamentable era la situación en la que estaba sumergida el país.

Sin embargo siguieron manteniendo los clientes y luego de

pedirles ayuda. Accedieron a seguir comprándoles lo que

producían .Nuestro rol era de apoyo mutuo y acompañamiento

en su proceso de autogestión. Había que acompañarlos en sus

procedimientos de garantizar la Acción Directa.

Acampamos durante los tres primeros meses en el predio junto

con los obreros. Pasábamos parte del día y toda la noche en la

fábrica. Comíamos y tomábamos mate mientras les hacíamos el

aguante por si alguien venía a intentar desalojarlos .De hecho

hubo varios intentos de desalojo por parte de patoteros del

municipio de San Martin que querían adueñarse del lugar para

hacerlo suyo.

El hecho de la toma significo un suceso social para el barrio de

Villa Ballester. Los vecinos hicieron rifas y festivales para

sostener el conflicto, las familias de los despedidos se

comprometieron con ellos. Los chicos jugando en la vereda de la

fábrica y los hombres cantando su victoria. Los que

acompañábamos el proceso por una razón militante no podíamos

evitar sentirnos parte de aquel triunfo. Personalmente me costaba

mucho abstraerme de todos aquellos hechos que me tocaba

presenciar como testigo.

La militancia de mucha gente se torna algo frio y abstracto .Yo

siempre me involucre con las luchas, con los protagonistas, con

los sentimientos del pueblo. En ese momento era un activista de 

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la izquierda más intransigente, sin embargo era muy subjetivista

.Los más malintencionados me decían que tenía desviaciones

populistas. No entendían nada. Veía la necesidad concreta de los

trabajadores y no podía mirar para otro lado .Había que ser parte.

Es imposible creer en una revolución si no se tiene una

identificación con los sectores más postergados y castigados de

la realidad.

La acción directa más profunda y concreta era aquella que

llevábamos a cabo como proyecto colectivo, entre compañeros.

 El individualismo se torna apenas una reproducción del mismo

sistema que genera la miseria, la marginación y todo lo

concerniente a este artilugio malicioso llamado capitalismo.

Para llevar a cabo todo aquello había una fuerte decisión

colectiva, votada en asamblea y poniendo como eje principal el

apoyo mutuo basado siempre en el respeto y la convivencia.

Nuestro aporte era acompañar las acciones votadas .La acción

directa era muy amplia y se presentaba en variadas situaciones,

desde la ocupación de la fábrica empleando cambios de cerradura

y seguridad en ventanas, techos y puertas. También la

conformación de comisiones de seguridad encargados de vigilar

el lugar durante la noche. Comisión de ventas que eran los

compañeros y compañeras encargados de contactar a los clientes

y ofrecer los servicios de la cooperativa .Mi compañero y yo nos

encargábamos de la comisión de propaganda, la cual consistía en

buscar canales de comunicación para visibilizar el conflicto en

los medios de la zona. Asimismo volanteábamos fábricas y

universidades para dar a conocer lo que estaba sucediendo. Todo

ese proceso resulto muy rico para nosotros. Luego de aquella

fábrica recuperada viviríamos muchas experiencias militantes

pero todo sería visto de otra manera. En los hechos y en la acción

habíamos comprendido que la Acción Directa llevada a la

práctica era el método más revolucionario. Lo demás pura

retórica filosófica




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